martes, 9 de noviembre de 2010

Viajar Baja California Sur

Viajar a la península de Baja California Sur es una experiencia enriqecedora y maravillosa, llena de paisajes descomunales y playas indescriptibles.

La Península de Baja California, larga lengua de tierra de más de mil kilometros de extensión y rica en lugares prodigiosos, es uno de los territorios más peculiares del planeta, sus zonas deserticas, sus dos costas, la impetuosa del Pacífico y la tranquila del Mar de Cortés, las caprichosas islas que la bordean, su abrupta geografía y sus fondos marinos, las variaciones climáticas y la alta incidencia de endemismos, es decir, de especies de flora y fauna exclusivas del lugar que no se repiten en ninguna parte del mundo, lo convierten en el mejor sitio para entrar en contacto pleno con la naturaleza.

En la costa occidental de la península, el intenso oleaje del Océano Pacífico favorece la formación de playas de pendiente poco pronunciada. A su vez, en la parte oriental, pequeñas ensenadas y caletas asoman entre la abrupta costa acantilada abriendo numerosos parajes de aguas tranquilas.

Rumbo al sur se accede a un conjunto de maravillas naturales difícilmente vistas en otra parte del orbe, playas que se suceden interminablemente, montañas, valles, desiertos y pequeños poblados pesqueros.

Las dos Baja Californias, sur y norte, comparten la Reserva de la Biosfera Desierto del Vizcaíno y el Parque Natural de la Ballena Gris. En Guerrero Negro, población situada al borde del Parque Natural Laguna Ojo de Liebre, conocida por sus enormes salinas y, sobre todo, porque en las mansas aguas de la laguna se reúnen grupos de ballenas durante los meses de Diciembre a Abril.